martes, 26 de febrero de 2013

“¿DONDE ESTÁ EL GOBIERNO DE LOS DERECHOS HUMANOS SI HOY SE FUSILA UN PIBE POR DIA?”



 Entrevistamos a María del Carmen Verdú, referente de la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional, CORREPI.  Cuando muchas organizaciones continúan brindándole derecho a la duda frente a las represiones perpetradas por Gobierno Nacional y otras sostienen que los verdugos que protestan por una mejor paga de sueldo deben ser considerados como  “trabajadores”, Verdú se para en la vereda diferente, donde las palabras Represión y Estado son inseparables.  

por Ezequiel Alvarez

La Maza: Casi toda tu carrera de abogacía la cursaste en plena dictadura ¿Tenías algún tipo de experiencia dentro de la militancia?
María del Carmen Verdú: Antes de ingresar a la carrera, no, pero tenía un pensamiento político, más que nada por osmosis familiar. Mi familia paterna era afín a la línea de pensamiento del viejo socialismo. No tardaron demasiado en sentir simpatía por el Partido Demócrata Progresista de Lisando de la Torre. Mi padre era un hombre de ideas comprometidas, ateo y ávido lector de Spinoza. A los doce años tenía muy claro que todos los milicos y curas eran malos, que la mejor posición frente a la autoridad es confrontarla y discutirla  y que no vivíamos en una sociedad justa. Ingrese a la UBA el 8 de marzo de 1976, tenía 17 años. En esos años salía con un chico que también estudiaba abogacía. Cuando ingrese, me vincule con su grupo de amigos. Al poco tiempo, muchos de ellos empezaron a militar en el radicalismo. En esa época los escuchabas hablar y estaban a la izquierda del Partido Comunista, algo muy gracioso.

LM: Bueno, pero no hace falta mucho para estar a la izquierda del PC…
MCV: Si, es verdad, incluso en ese entonces, en pleno proceso militar. En ese momento había un escenario muy curioso: más allá del origen político y pertenencia partidaria, eran los milicos o nosotros. Ahí es cuando empiezo a ser útil, ya que gracias a una fractura en mi pierna podía ingresar panfletos políticos y pegatinas  en el yeso, burlando tortuosa requisa que hacían los milicos a todos los estudiantes en el ingreso. Hacia el final de mi carrera me vincule con compañeros que teníamos la necesidad de tener un espacio de militancia específico en el aspecto antirrepresivo. Sentíamos que el concepto de DDHH que se manejaba en el CELS, SERPAJ, Madres, Abuelas, se acotaba demasiado  a todo lo que había sucedido hasta ese momento. No analizaban la posibilidad de la violación de los DDHH en Democracia. En 1986 empezamos a meternos con los casos, que llamamos con absoluta “naturalidad”, como gatillo fácil y muertes en cárceles. El nexo siempre fue por vínculos personales y conocidos. Comenzamos a denunciar las muertes en las cárceles, los casos de pibes fusilados en las barriadas. Se habían modificado los métodos represivos, pero ahí estaba, siempre presente, la represión. Aún estábamos muy intoxicados por el tecnicismo característico de un recién egresado, nos faltaba aprender muchas cosas que solo se aprenden en la calle. Todo esto, en plena primavera alfonsinista. Para muchos, éramos marcianos.

CORRÉ PIBE, AHÍ VIENE EL ESTADO

LM: ¿Cuando empezaron a “caminar” la calle?
MCV: Entre 1986 y 1987 empezamos a vincularnos con los casos de “gatillo fácil”. El 8 de mayo 1987 sucede la masacre de Budge, y a partir del repudio popular de la barriada entera fuimos comprendiendo que el camino era la organización y la pelea en la calle. Comprendimos que la solución no era la cuestión técnica en los expedientes, porque es un corset que tiene como primer requisito reconocer y aceptar la legalidad del sistema. Se nos clarificó una idea elemental: la represión es política de Estado que no debe ser considerada como un abuso ni un exceso. No es un  problema de policías  loquitos,  sueltos o reclutados por error y transformados en fuerzas de seguridad, sino que es una necesidad fundante de cualquier Estado que tenga que administrar una sociedad dividida en clases.

LM: ¿Cómo fue la respuesta de estos organismos frente eso planteos?
MCV: Todos los organismos de DDHH nos echaron como perros. El episodio más paradigmático fue en Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas, donde nos atendieron varios compañeros entre los que estaban Cata Guagnini del Partido Obrero. Nos contestaron que pretendíamos poner al mismo nivel a víctimas de la represión de la dictadura militar con “tres negritos chupando cerveza, tirados  en una esquina de Budge”. Afirmación que -aparte de tener una ceguera de clase- es un error de concepto teórico fundamental, ya que no se define la violación de DDHH  por la víctima, sino por el victimario. Si el que violenta es el Estado con un objetivo disciplinador, indudablemente es una violación a los DDHH, más allá de si la víctima es o no militante. Ya que, lamentablemente, el terror de la dictadura fue un éxito, el Estado burgués posterior no tenía organizaciones o movimientos fuertes para perseguir. Lo que se propuso hacer es ejercer un severo control social para que nunca más pasara lo de la década de los 70, en que amplios sectores populares e organizaron y enfrentaron al régimen. La dictadura había sido remplazada por un gobierno constitucional porque los gobiernos militares ya no eran necesarios.

LM: ¿Cómo nace Correpi?
MCV: Nace cuando un grupo de compañeros decidimos ocuparnos de la represión de hoy. Empezamos a convocar a reuniones a todos los partidos, organizaciones políticas y estudiantiles. A partir de los casos de gatillo fácil que veníamos agitando – los de la Matanza, Budge, Morón, etc.- nos llegó el caso de Walter Bulacio. Se generó un alto nivel de movilización, era un pibe que iba al Colegio Nacional Rivadavia, asesinado en una comisaría luego de ser detenido por estar parado en una esquina después de un recital de los Redonditos de Ricota. Nos volvimos referentes, no por ser los abogados de la familia, sino por hacer hincapié y acompañar en todo momento a la lucha callejera, las movilizaciones y los reclamos de la familia. Esa visibilidad nos permitió crecer como coordinadora con un claro mensaje antirrepresivo. Funcionamos como una especie de sindicato, ya que es un frente en el que confluyen muchos compañeros de distintas organizaciones. También hay muchos compañeros independientes, como es mi caso, y eso colabora a que no exista una hegemonía.

OJOS QUE NO VEN, LOMOS QUE NO SIENTEN

LM: ¿Qué relación existe entre Los conceptos de  Estado y represión? ¿Se pueden separar?
MCV: No, al menos en todos los Estados que hemos conocido hasta el momento. Los anarquistas dicen que todo Estado es represor. No me considero con suficientes herramientas teóricas como para asegurar eso en abstracto, porque supuestamente un Estado sin clases dominantes  no tendría necesidad de reprimir. En cualquier estructura social donde haya uno que domine a otro van a existir herramientas de poder represivas. El hombre no ha nacido para obedecer, sino para rebelarse. La formación y la cooptación de consenso también entran en ese esquema general. Esto se aplica en mayor o menor medida según cada situación concreta, pero es algo intrínseco a este tipo de sociedades. El nivel de consenso se puede conseguir asegurando un nivel económico “prospero”, porque probablemente el obrero de ese Estado va a tener muchas menos razones para salir a protestar. Pero, cuando se descomponen los “Estados de bienestar”, vemos situaciones como las que viven Europa y varios países del mundo.

LM: ¿Existe una naturalización de la represión?
MCV: Hay una represión selectiva y otra preventiva. La selectiva es aquella que se dirige hacia organizaciones o militantes para dispersar o atentar la lucha y la movilización. La preventiva es una modalidad que se descarga en apariencia de modo indiscriminada sobre el conjunto de la población –gatillo fácil, detenciones arbitrarias, violencia policial,  militarización de los barrios, etc.-, pero que, si lo miras con ojos críticos  te das cuenta de que hay un claro elemento de selectividad de clase. La represión preventiva es de baja intensidad y posee un elemento fundamental: la naturalización hacia dentro de la clase que la padece, acompañado de la invisibilización de esta hacia fuera. Cuando el pibe de barrio te cuenta que lo detuvieron y que lo cagaron a palos, te lo cuenta con absoluta naturalidad porque “la vida es así”. Eso te demuestra que estos mecanismos funcionan porque ese pibe es impregnado de la idea de que cuando viene la cana hay que cruzar de vereda y agachar la cabeza. Nos dimos cuenta de esta naturalización con la causa Bulacio. Los otros once pibes  que estuvieron en el mismo calabozo con Walter, testificaron que después de ser encerrados, se tiraron a dormir en el piso. Uno de esos chicos grabo en la pared del calabozo “caímos por estar parados”. Él quiso decir, que habían caído por no hacer nada en la vereda del Estadio, pero también por no estar organizados y ser quienes eran. Solo se rompe la naturalización con conciencia. El militante es ese pibe de barrio que dio un salto y se organizó. ¿Por qué le decimos represión preventiva? Porque tiene la finalidad de prevenir la organización popular, de amedrentar, de advertir, de disuadir…El Estado busca domesticar a la gente para que sea individualista y no se comprometa y lo hace, en primer lugar, a palos.

LM: ¿Cómo es la vida de un pibe de barrio en Argentina y su relación con la cana?
MCV: En esos barrios pobres que conforman el tejido suburbano, el único contacto de todos los habitantes con el Estado es la policía y su presencia represiva, ya que muchos están fuera del sistema educativo y no hay hospitales. Incluso, en muchos casos la policía ni siquiera está dentro de los barrios, sino en la periferia, en los accesos,  así pueden controlar el flujo de entrada y salida, cercando el perímetro. Esto se ve claramente en el Alto de Bariloche, donde la represión está a la orden del día y han encarcelado a varios compañeros luego de los saqueos de diciembre del 2012. Allí hay ocho pasos que unen la ciudad con los barrios pobres del Alto, en cada uno hay especies de checkpoints donde se controla absolutamente todo. Los pibes del Alto no pueden bajar a la ciudad si no demuestran que van a trabajar o a hacer algo en concreto. Si ese pibe de barrio tiene vínculos con el bachillerato popular del barrio o va a una organización vecinal, va a tener una contención distinta. La burguesía busca la destrucción de cualquier tejido de contención social, porque si ese pibe llega a la adolescencia con la suficiente cantidad de proteínas para que sus neuronas se hayan desarrollado plenamente, y con un pensamiento crítico, se transforma en un grave problema y es blanco de exterminio. Entonces, hay que mandar a la brigada del barrio a que inunde los pasillos de paco para cagarle la vida, y encima, hacer plata.

LM: ¿Que rol le designa el Estado a la escuela?
MCV: La escuela es uno de los lugares fundamentales para la implementación del control social, porque ahí le enseñas al pibe que las leyes se respetan, que cada uno tiene un lugar asignado en la sociedad y en la vida y que debe adaptarse a ello. Una de las  primeras cosas  que se aprende en la escuela primaria, es que el Estado está dividido en tres poderes,  Ejecutivo, Legislativo y Judicial, y que cada uno tiene una tarea. Eso se refleja en la represión cotidiana. Los legisladores son los que arman la estructura normativa sobre la que se apoya la represión. Esos mismos legisladores son los que condenan la tortura, pero les abren la puerta a otras figuras jurídicas, como los apremios, vejaciones y severidades con las que  se disfrazan las violaciones de los DDHH. El Poder Judicial es cómplice y participe de la represión. La Corte Suprema de Justicia de la Nación, con voto del mismísimo Raúl Eugenio Zaffaroni,  hizo doctrina al afirmar que la tortura no es tortura en Democracia, ya que “en periodos de constitucionales, el Estado no es una maquinaria de oprimir ciudadanos sino que es el garante de sus derechos y garantías”. Entonces, aunque el hecho que estaban discutiendo haya ocurrido en una comisaría, que el autor haya sido un efectivo policial y que se haya corroborado que la persona fue torturada, la Corte afirmó que no era un crimen de lesa humanidad porque era un abuso individual. El caso sucedió en la propia Capital Federal, el torturado se llamaba Bueno Alves y el torturador un policía llamado Rene Jesús Derecho, que llegó a ser el tercer hombre de la cúpula de la Policía Federal de esta democracia.

LM: ¿Qué te genera la caracterización que realizan de este gobierno nacional como “el gobierno de los derechos humanos?
MCV: El kirchnerismo va a pasar a la historia como el gobierno –que desde 1983 hasta el momento- ha tenido más presos políticos, más pibes fusilados con el gatillo fácil y más presos muertos en comisarías y cárceles. Sin olvidarnos de las siete Leyes Antiterroristas que aprobó, cuando Menem no pudo promulgar ni una. Y esto lo logró hacer con consenso, con la máscara de los DDHH puesta. ¿Dónde está el gobierno de los DDHH si hoy se fusila un pibe por día? El kirchnerismo llega al poder como expresión de la variante útil para recomponer la legitimidad y gobernabilidad  de las instituciones burguesas debilitadas y seriamente cuestionadas por toda la sociedad luego de la crisis del 2001. Kirchner estaba convencido que no debía ni podía ser un nuevo Duhalde.  Mientras no lograra recomponer las cosas, no podía enfrentar una situación similar a la masacre del Puente Pueyrredón. Durante el periodo del 2003 hasta el 16 de julio del 2004 –día de la represión en la Legislatura Porteña-, sosteníamos que el gobierno reprimía y muchos nos volvían a mirar como marcianos. Nuestro análisis de su política represiva,  en ese momento,  era “toda la represión necesaria, con todo el consenso posible”. El kirchnerismo logró, en gran parte gracias a un bolsillo abultado, encontrar y comprar un consenso que le permitió reprimir y que los únicos que salgan a la calle sean los que están concientizados o militando. Haber logrado pintarse la cara con los colores de los DDHH y autodenominarse “gobierno de los DDHH” es una de las herramientas represivas más eficaces que han sabido usar.






La entrevista fue públicada en la revista La Maza de marzo 2013



           DATOS BASICOS A TENER EN CUENTA CUANDO ALGUIEN CAE EN CANA